Esta ardua tarea comenzó con la delicada decisión de elegir como premio por los títulos obtenidos, dos jugadores, en lugar de dinero. De esta manera llegaron a Birmingham, Seydou Doumbia y Axel Witsel, para reforzar ataque y centro del campo inglés respectivamente.
El próximo paso fue viajar hasta Málaga. En la Costa del Sol los villanos querían pescar dos nuevos jugadores, el mediocentro ofensivo de origen croata, Niko Kranjcar, y el central argentino, Marco Angeleri. El Aston Villa ofreció dos jugadores suyos a cambio, con los que el técnico en un principio no contaba para la próxima temporada, Iker Muniaín y Philippe Senderos. El vasco, a pesar de no haber ofrecido un mal resultado, no terminó nunca de adaptarse a lo que su entrenador le pedía, mientras que el suizo ni siquiera llegó a disputar un solo minuto el año pasado, a causa de unas continuas lesiones.
Con cuatro fichajes ya bajo el brazo, el siguiente nombre de la lista era el del español, Tomás Pina. Titular en su equipo, el Villarreal, la negociación para poder hacerse con él se antojaba difícil, como efectivamente así fue. El técnico del submarino amarrillo no acababa de ver clara la salida de su mediocentro habitual, así que para poder convencerlo, los ingleses además de incluir a Pablo Pérez en la operación, tuvieron también que compensar económicamente al Villarreal.
A fecha de hoy podemos decir que el Aston Villa prácticamente ha dado ya por cerrado su capítulo de incorporaciones, salvo sorpresa de última hora. Así pues, sus esfuerzos se centrarán en colocar el excedente de jugadores que ahora tienen. En este sentido podemos confirmar que Cheikhou Kouyaté regresará al West Ham United, una vez concluida su cesión, mientras que otros miembros actuales de los villanos, como Ashley Westwood o Andreas Weimann manejan ofertas de otros equipos.
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